“2024. 08 de marzo. Se han agotado ya los recursos anuales de la Tierra. Se necesita el equivalente de cuatro planetas para satisfacer el consumo humano. Desde un red virtual privada de la segunda Internet, un grupo de biohackers llamado Q.R*3 decide intentar conectarse a la micorriza, red compuesta por una simbiosis entre raíces y hongos a través de la cual el mundo vegetal terrestre se comunica.
Su objetivo: entablar una colaboración con las plantas para intentar revertir la situación. Los primeros miembros de este grupo murieron en seguida bajo el efecto de una molécula desconocida. Del resto del grupo no se sabe todavía nada. O muy poco…”
Instalación interactiva_2017
Formada por restos arqueológicos del futuro, la instalación nos permite adentrarnos multisensorialmente en el universo de Q.R*3. La micorriza sigue viva y, ante la presencia del público humano, se comunica por difusión de moléculas volátiles.
La parte central de la obra es un ecosistema formado por plantas, micorriza, sensores y aceites esenciales de plantas. Cuando el público se acerca al ecosistema unos sensores activan los dispositivos que expulsan los aceites, estos caen sobre placas calientes esparciendo su olor en forma de moléculas volátiles dentro de la instalación.
La micorriza está acompañada de restos arqueológicos que daban cuenta de escritos, vida cotidiana y expediciones de los biohackers.
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Q.R*3: Quimera Rosa + Roger Rabitch + Rebeca Paz
Desarrollo de hardware, software y wetlab trabajando colectivamente con el equipo de Etopía: Cristina Hernández, Guiller Malón y Pablo Aliaga.
Presentada en la exposición PostNaturaleza curada por Daniel López del Rincón. Centro de Arte y Tecnología Etopía, Zaragoza. 2017